Por Sebastián Ávila

La carrera de un diplomático es muchas veces desconocida. Pocos saben que existe una Academia donde se estudia, sus labores y su importancia. Con el motivo de informar acerca de los detalles de esta función clave para el país y cómo poder ser parte de la diplomacia, el Centro de Desarrollo Profesional del Instituto de Ciencia Política de la UC organizó el conversatorio: ¿Sabías que tú también puedes ser diplomático?
“Para ser diplomático no se necesita ser un genio, ni un erudíto. Se necesita mucho compromiso y vocación pública”, fue una de las frases con las que inició Miguel Ángel González, director de la Academia Diplomática de Chile Andrés Bello.

La principal tarea de un diplomático es representar al país en las relaciones internacionales. Dentro de las labores que realizan se encuentra el área consular en la que, entre otros, se vela por los chilenos que se encuentren fuera del territorio nacional que puedan estar en alguna situación de riesgo. También son parte de los cambios de mando, participan en la APEC y en las distintas instancias que involucren a Chile con otros Estados.

Uno de los puntos que más destacó el director González fue la vocación de servicio público y la disposición de los funcionarios diplomáticos con el país. “Nosotros tenemos que estar disponibles siempre. Además, uno viaja con la familia, porque estamos dos años en Chile y cinco años afuera”, comentó el diplomático.

Al ingresar a la Academia los estudiantes pasan a ser funcionarios públicos a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores. Son dos años de estudio donde los 15 seleccionados anuales en su primer período son nivelados con ramos de relaciones internacionales, comercio internacional, derecho internacional, protocolos, entre otros. Luego cursan un segundo nivel que es más enfocado en comunicación, manejo escénico, realización de minutas, e informes para el exterior.

Cualquier egresado que tenga una carrera de 8 semestres en alguna universidad puede postular. En primera instancia se hace una prueba de conocimientos generales y luego se van realizando distintas etapas de medición. José Nes Varas, estudiante de segundo año, comentó que la carrera “mezcla el servicio público, el derecho internacional y los derechos humanos, cosas que me interesan profundamente”.

En un mundo que cambia la Academia se ha tenido que ir adaptando. Uno de sus principales desafíos lo comenta su director: “A partir de este año estamos enfocados en lo que es diplomacia científica, sobre cómo abordarlo de manera diplomática y así formar redes de ciencia y tecnología para que nuestros investigadores se sientan apoyados, es una función que tiene que adaptarse a los nuevos años”.

Con charlas en universidades de todo el país, la Academia Diplomática de Chile busca informar sobre una carrera que sirve al Estado y que “es una opción de vida” para el director Miguel Ángel González que va a cumplir 40 años siendo diplomático.

Para conocer más detalles sobre fechas y requisitos para postular ingresa a www.academiadiplomatica.cl