Hace seis años atrás Trinidad Balart soñó con un dragón. Ella tenía solo 13 años, pero cuando despertó decidió escribir lo que había ocurrido. Mientras traspasaba al papel su sueño, se dio cuenta de que estaba narrando una historia fantástica con una trama muy clara, un final cautivador e incluso la forma del animal mitológico. Sin embargo, esas páginas se mantuvieron como un manuscrito olvidado durante varios meses, hasta que un día decidió que era momento de continuar lo que había empezado. “Fui mezclando cosas mías personales con la historia y, al final, fue una forma de desahogarme, porque fui fusionando experiencias mías y formas de pensar con la historia”, comenta esta alumna de segundo año de Ingeniería Civil.

Trinidad continuó escribiendo en forma intermitente, más que por iniciar y terminar una historia concreta, cuando sentía ganas de relatar algo. “De repente iba en la micro, venía una idea y me ponía a escribir”, cuenta. Así, las páginas en las que una mañana dejó fluir su imaginación se convirtieron en Revelación de Dragón, su primer libro.

El año 2017 Trini estaba en cuarto medio y decidió enviarle su borrador a una tía que ya había publicado un libro. Más o menos un mes después, recibió una excelente respuesta de su tía, a quien le había encantado la historia y le ofreció corregir el texto. Ahí comenzó todo: un proceso de revisiones que duró dos meses, en el que convirtieron los desahogos de una joven escritora en una historia que pronto buscaría ser publicada. El 2018 entró a estudiar Ingeniería en la UC, pero no dejó de lado su proyecto personal y, mientras cursaba Desafíos de la Ingeniería, Álgebra Lineal y Cálculo I, buscaba editoriales que se pudieran interesar en su creación.

Envió su novela a siete casas editoras, hasta que en invierno fue contactada por Aurea Ediciones. Martín Muñoz se convirtió en su editor, quien fue fundamental dentro del proceso. Cada semana hablaban horas por teléfono sobre los cambios que le harían a la publicación y la creación de las ilustraciones, hasta que en mayo de este año el trabajo por fin vio la luz.



Revelaciones de Dragón, novela de ciencia ficción juvenil, narra la historia de Melanie, una adolescente que se entera de que tiene el poder de convertirse en dragón y viaja a una academia para entrenarse. Allí conoce a muchas personas y vive situaciones y aventuras desconocidas. “Lo que más destaco es que, en una época de la vida muy compleja, una niña de 15 años debe descubrirse y conocerse por completo, vivir un viaje interior y entender el gran poder que tiene”, comenta Trinidad, quien agrega que con el libro siente que logró “evidenciar un poco lo que es la adolescencia. No tener muy claro quién eres o lo que quieres hacer en la vida”, reflexiona.

Sobre el vínculo entre su carrera y su pasión literaria, la estudiante explica que “Ingeniería es una forma de pensar y de conectar con la gente, porque las cosas y habilidades que te enseñan permiten entregar un servicio a la sociedad (…) Y siento que encontrar el equilibrio entre las habilidades de ingeniería y las habilidades blandas más humanistas es lo que te permite llevar la ingeniería a la gente con soluciones y prototipos que les ayude a mejorar la calidad de vida de las personas”.

En junio Trinidad fue protagonista de dos actividades de lanzamiento de su novela. El primero fue el 14 de junio, cuando más de 70 personas llegaron a la Casona Cultural de Las Condes, a pesar de la intensa lluvia que caía en Santiago. “Estuvo muy lindo y fue sorprendente que llegara tanta gente ese día. Habló mi editor y otra escritora que había leído mi novela, yo también hablé sobre todo el proceso creativo, firmé libros y la gente compró hartos”. Asimismo, representantes estudiantiles de Ingeniería organizaron una presentación del libro, como parte de las actividades del Happy Day, una forma entretenida de culminar el primer semestre. Y para finalizar el año, la editorial gestiona la posibilidad de que Revelaciones de Dragón también sea presentado en la Feria Internacional del Libro de Santiago 2019.

Trinidad asegura que no dejará de escribir y adelanta que “tengo unas 50 páginas de algo que podría ser una segunda parte de la novela”. También reitera que ella espera que su experiencia sirva a otros para que digan ‘oye, tengo esta idea, hagamos algo, llevémosla a cabo’, y que todos estemos abiertos a los cambios y atentos a lo que pasa a nuestro alrededor, a veces, sin que nos demos cuenta. Creo que solo así podemos construir un mundo mejor”, sostiene la joven novelista.