OLIVIA GARCIA-HUIDOBRO, ENTRE LA MÚSICA, LOS SALTOS Y EL FEMINISMO

Olivia García-Huidobro (20) toma el micrófono. Con una sonrisa ancha, mueve su brazo izquierdo para saludar a la gente que se agolpa en el Café Maison de Nice, de Providencia. Luego, acomoda su guitarra café, que hace contraste con el traje verde y negro de dos piezas que lleva esa tarde. Cerrando sus ojos maquillados con un tenue rosado, comienza a entonar “Una explicación”, su nuevo sencillo. Los aplausos no se hacen esperar y, con semblante feliz, la estudiante de Psicología agradece el apoyo.

Pero al otro día hay que cambiar el cálido escenario por la pista de atletismo. El traje de dos piezas se olvida y, en su lugar, aparece un short y una polera deportiva ajustada. Es su otra faceta, la de deportista, que, cuando no está cantando o realizando talleres feministas, se toma su día.

El sueño inicial, según cuenta Olivia, siempre había sido ser cantante. Pasión por la música que, gracias a la autogestión y el esfuerzo, la han llevado a transformarse en una artista independiente que cuenta con 7 sencillos en todas las plataformas digitales. Y si la música ha sido algo que ha podido desarrollar y dedicar, el activismo feminista, otro de sus intereses, la llevó a elegir la psicología como rumbo para su vida profesional. Disciplina que mira como una herramienta para aportar a dicha causa.

Algo que se concretó con su paso por el colectivo Tremendas, en el que trabaja de manera colaborativa desde inicios del 2020. Ahí, logró desarrollar el proyecto “Ponte la medalla”, iniciativa que busca ayudar a niñas y adolescentes a crear herramientas de empoderamiento femenino y amor propio. Y estos dos ámbitos de su vida, la música y el activismo, cobran sentido cuando se conectan. “La música es mi herramienta de lucha, siempre he dicho eso, es como la forma que tengo de expresar lo que pienso y lo que siento ante distintas situaciones”, dice emocionada.

El deporte como empoderamiento

Pero si la música y el feminismo copan, el deporte la ayuda a empoderarse más aún. Al entrar a la UC en 2020, Olivia se adjudicó un cupo en la selección de Atletismo, específicamente en la disciplina de Salto Alto. Sin embargo, la repentina pandemia frenó su deseo de competir por la universidad. Un 2020 complicado, en el que se enfrentó a todos los impedimentos que lo remoto significa. Gracias a que su entrenador pudo llevarle la colchoneta de salto hasta su casa, Olivia no paró durante el confinamiento. “En verdad me salvó en la cuarentena, me salvó mi salud mental y también la motivación por el deporte”. Así, en el 2021 tuvo la oportunidad de representar a Chile y participar en el Sudamericano sub-23 en Ecuador, en lo que fue su primera vez compitiendo por el país. Actuación destacada en Guayaquil, en la que se llevó el bronce con un salto de 1,74 metros. Además, participó en los Juegos Panamericanos Junior, en Cali, Colombia.

Darle importancia a la salud mental ha sido fundamental para combinar todas las cosas que la estudiante realiza. “La música, el deporte, el feminismo tienen niveles de importancia muy parecidos. De alguna forma u otra, pasan a tener más prioridad en distintos momentos, van jugando y me gusta equilibrarlas. Logro organizarme y equilibrar mi energía y los tiempos como para poder hacerlos”, concluye en relación a su multifacética vida y cómo logra llevar a cabo todo.