FLORENCIA VILDÓSOLA, CONSEJERA SUPERIOR: "ES IMPORTANTE TENER LOS PIES EN LA UC, PERO TAMBIÉN EN LA CALLE"

FLORENCIA VILDÓSOLA, CONSEJERA SUPERIOR:
La estudiante de College, en entrevista con Comunicaciones DAE, cuenta cómo llegó a la política universitaria y cuáles son los desafíos que enfrentará en su gestión.
11-03-2022
Por Sebastián Ávila

El 01 de diciembre Florencia Vildósola sonrió. La estudiante de College se convirtió en la nueva Consejera Superior tras obtener el 51,14% de las preferencias en una votación que se realizó, por segundo año consecutivo, vía online.

Y su movimiento, la Nueva Acción Universitaria, también se quedó con la Federación de Estudiantes que presidirá este año Maite Estay, quien también fue entrevistada por Comunicaciones DAE. Entre sus desafíos en este cargo, la excoordinadora general del movimiento político de centroizquierda dice que la justicia académica y el rol público serán sus principales enfoques.

La Nueva Acción Universitaria se quedó con ambos puestos de máxima representación estudiantil. ¿Cómo ve este triunfo electoral y qué desafíos implica para el movimiento?

Lo más importante es la humildad. Nunca antes el movimiento había ganado todas las elecciones que disputara en un año, incluyendo las Consejerías Territoriales y la opción que defendimos en la Reforma de Estatutos, por lo que se trata de un escenario completamente nuevo para nosotras/os. Muestra que nuestro proyecto goza de buena salud y sigue haciendo sentido entre la comunidad. Nuestro rol ahora es el de pensar y presentar un proyecto de universidad robusto, detallado, que no se quede en la consigna. La NAU no puede ser solamente marketing o una máquina de ganar elecciones: tiene que haber una idea clara de hacia dónde queremos avanzar y cuál es el sentido último de nuestra acción. Queremos ser un movimiento que tenga contenido, que aporte a las grandes discusiones, que rompa los estereotipos clásicos de la izquierda o la centroizquierda juvenil.

¿Cómo analiza que solo la mitad de la UC haya votado en estas elecciones y de qué manera cree que se puede revertir este fenómeno que también se da a nivel nacional?

No voy a descubrir la rueda diciendo que el movimiento estudiantil pasa por un momento de declive, donde gran parte de las federaciones tienen una legitimidad interna menor a la que tenían hace diez años. Mucha gente cree, legítimamente, que la política universitaria es irrelevante o que quienes estamos aquí lo hacemos por algún interés egoísta, aunque muchos estemos desde la convicción. La única respuesta que se me ocurre para eso es integrar cada vez más compañeras/os en los espacios de participación, que sientan que su trabajo y su voz importa, subiendo el nivel del debate y logrando avances concretos. Las grandes reformas que necesita el país no se van a hacer desde los estudiantes universitarios, pero sí podemos y tenemos que tener un impacto decisivo en el rumbo que estas tomen. No hay que retroceder demasiado en el tiempo para darse cuenta de que eso sí es posible y tiene importancia.

¿Por qué y cómo llegó a la política universitaria?

En mi espacio de desarrollo escolar me parecía que faltaba el elemento del rol público, y es que siempre sentí que tenía una responsabilidad con la sociedad. Obviamente, el movimiento estudiantil tiene mucho que ver en eso. Nuestra generación está demasiado marcada por lo que fueron esas movilizaciones y el efecto que tuvieron, tanto cultural como en el diseño de las políticas públicas en el país. Cuando entré a la UC en 2017, todavía quedaba bastante de esa energía y pensé que hacerme parte de ese esfuerzo colectivo era mi deber. Y de hecho, el movimiento feminista del año siguiente fue una confirmación de que sí era importante lo que estábamos haciendo. La NAU es un movimiento increíble, con un nivel de debate político interno muy alto, una militancia muy comprometida y sobre todo capaz de reconocer sus errores del pasado. Espero que eso se mantenga en el tiempo.

¿Cuál será el enfoque central que le dará a su gestión?

Lo primero es la justicia académica: tener procesos claros, que den apoyo real al estudiante y conviertan el aprendizaje en una cuestión efectiva, no en un calvario. Lo segundo es el rol público. En la campaña se habló mucho de tener una CS que esté en los patios. Tener los pies en el patio es importante, pero también lo es tenerlos en la calle. La CS es académica, es de procesos internos, pero también es política y puede aportar a los procesos históricos que está viviendo el país.

¿Cuáles son sus principales propuestas y desafíos en esta gestión?

Lo primero es continuar con el trabajo de mi compañera Alme Aguilera, que hizo una gran CS. El gran desafío es complementar la lucha social y política con la preocupación por el bienestar de la comunidad y los procesos que se llevan al interior de la UC. Algunas de nuestras propuestas que van en esta línea son: mallas curriculares sustentables, feministas y con un fuerte rol público. Trabajar por la justicia académica con proyectos como la encuesta de carga académica, el creditaje sincero, los días de salvación y cláusula de arrepentimiento. Finalmente trabajar por una vuelta a la presencialidad segura para todas/os, en dónde no sólo volvamos a las clases, sino a la Universidad, con proyectos como el Centro de apoyo estudiantil.

¿En qué temas reconoce que se ha avanzado en la UC y qué queda por mejorar?

La UC ha avanzado en muchos aspectos respecto a lo que era hace una década. Hay un reconocimiento importante de temáticas como la sustentabilidad, se dio un paso histórico hacia la integración de los trabajadores en la comunidad universitaria mediante el fin al subcontrato y también ha cumplido con su rol público en momentos importantes como la pandemia, con académicos muy destacados como el profesor Alexis Kalergis, de Ciencias Biológicas. La historia será la encargada de juzgar, pero creo que como estudiantes hemos jugado un papel decisivo en estos avances. Y sin organizaciones como la NAU y muchas otras para canalizar esas inquietudes, lógicamente hubiese sido más difícil transmitirlas. Ahora, es por eso mismo que no podemos detenernos ni ser conformistas. Eso nos entrega una responsabilidad aún mayor con los desafíos que quedan. Quizás el más importante de todos es la democratización de la Universidad. Queremos una Nueva Reforma Universitaria donde trabajadores, funcionarios y estudiantes tengan un rol preponderante en la toma de decisiones.

Este año se debería terminar de redactar la Convención. ¿Hay alguna iniciativa desde la Consejería respecto a este tema?

Sí, uno de nuestros proyectos estrella es el Manifiesto UC para la Nueva Constitución, en donde buscaremos que todos los estamentos podamos redactar en conjunto un documento histórico con las bases y principios constitucionales que como Universidad defenderemos. Además, queremos realizar una revista constitucional en donde docentes y estudiantes podamos contribuir con nuestras ideas al debate nacional.

Considerando que se acaba de elegir un nuevo presidente de Chile. ¿De qué forma desde se hará parte de la discusión o del debate nacional?

Es necesario nutrir la discusión nacional con la realización de espacios de debate dentro de nuestro espacio universitario. Además, es necesario que desde nuestra formación académica logremos aportar a la discusión y las transformaciones sociales de nuestro país.