FELIPE PÉREZ IKA, UN PEZ ENFRENTANDO LOS DESAFÍOS DE EMIGRAR DE ISLA DE PASCUA A LA UC

FELIPE PÉREZ IKA, UN PEZ ENFRENTANDO LOS DESAFÍOS DE EMIGRAR DE ISLA DE PASCUA A LA UC
El estudiante de cuarto año de Odontología añora con un retorno a la Isla en el que pueda plasmar y entregar a su comunidad todo lo que aprendió en la UC. Pese a que Santiago no ha sido una ciudad desconocida para él, sí lo fue iniciar sus estudios universitarios y vivir de manera independiente.
04-08-2022
Por Valentina Carrasco

Las hojas que caen como piezas de un puzle y visten al campus San Joaquín de cálidos tonos anaranjados. El frío invierno se deja sentir en la capital y cala hasta los huesos. Con un café y unos bocadillos, protegido desde la ventana del Caprioli del campus San Joaquín, está Felipe Pérez Ika, estudiante de Odontología que llegó desde Rapa Nui a la UC para cumplir el sueño de ser odontólogo.

Felipe fija su mirada. Navega entre sus recuerdos del “ombligo del mundo”, como dice él. Con 22 años, su motivación principal para ser dentista es ayudar a su comunidad, a los suyos. Pero no ve su carrera como la única forma de contribuir, puesto que otra de sus pasiones es la enseñanza.

No me gustaría dedicarme solo a Odontología. Me gustaría hacer varias cosas y que odonto sea mi trabajo estable. Me gusta dibujar y sería bueno hacer algo con ello, pulirlo más. También me gustaría aprender de informática y si se da, me encantaría ser profesor de alguna u otra forma. No sé cómo, pero sí que me gustaría tener la experiencia de ser docente, ya sea en un colegio o en la universidad”, dice el estudiante.

Felipe es el mayor de cuatro hermanos. Al recordar su familia, al estudiante se le forma una sonrisa tímida. Sabe la historia de esfuerzo que hay detrás y los años duros que tuvieron que pasar para que por fin tuvieran un terreno donde edificar su casa y cabañas, que le podían servir como sustento.

Las raíces de su padre, que nació en la isla, no siempre pertenecieron a ese lugar. No así su madre, quien sí tiene todo un pasado en Rapa Nui. Algo que enorgullece a Felipe, que, feliz, comparte el significado de su segundo apellido.

Ika por sí solo significa pez, pero ancestralmente sería “familia de pescadores”. Es bastante común en la isla”, dice con humildad, cuando sabe que, en verdad, de diez mil personas, recién una tendría su apellido y probablemente sea un familiar suyo. Además, ríe cuando cuenta que, irónicamente, no es fan del pescado cocido y solo tolera el ceviche.

Pero Santiago y el continente no le son ajenos. Mientras busca fotos de su familia en su celular, va soltando uno que otro comentario que hilan el tejido que es su vida. De repente, cuenta que ya conocía Santiago y que siempre venía de paso para continuar con su viaje hacia Puerto Montt, ciudad en la que viven Ricardo e Inés, sus abuelos paternos.

Aprovechábamos de comprar cosas en Santiago, como allá no está todo y es muy caro, comprábamos mercadería y cachureos”. En su galería de fotos también se encuentran momentos que revive cuando el corazón es invadido por la nostalgia. “Esta foto es de uno de los festivales más importantes de la Isla. Se llama Tapati Rapa Nui y es como una especie de Festival de Viña del Mar, pero de la polinesia. Se hacen competencias tradicionales de todo tipo, tanto deportivas como de confección de artesanía. Por lo general, se presentan dos candidatas de familias distintas y estas compiten por la corona”, narra emocionado.

Felipe Ika interior

Una de las cosas que más valora el futuro dentista, es el ambiente que se genera en la universidad. A pesar de considerarse poco sociable e introvertido, dice que ha podido entablar relaciones importantes y que la gente de la UC ha sido muy amable con él. Incluso, dice haberse encontrado con otras personas de la isla en la universidad.

He conocido a harta gente y me reencontrado con gente de la Isla acá. Los profesores son buenos y ha sido entretenido el vivir la experiencia de estar en clínicas. Me he sentido en confianza para expresar mis dudas. No tengo miedo a equivocarme porque sé que me van a apoyar. Me gusta el ambiente, el espacio y es muy grato poder estudiar acá”, sostiene.

Una decisión que tomó sin pensarlo dos veces, pues, a pesar de que estuvo entre tres instituciones diferentes, al poder visitar el campus San Joaquín, supo que quería estar ahí.

En tercero medio recibí el típico folleto con carreras y los puntajes, sobre que trata cada carrera y Odontología me llamo la atención. Estuve investigando, viendo videos, de todo y ya en cuarto medio estaba entre tres universidades. El 2017 tuvimos un paseo de curso y vinimos a visitar el campus San Joaquín y acá me encanto el ambiente, la infraestructura y me fascinó. El haber conocido el campus, sin dudas, me hizo confirmar el querer quedarme en la UC”, dice.

Rapa Nui siempre presente

En medio de la conversación, Felipe recibe un mensaje. Es una de sus mejores amigas, que está en la Isla, y con la que siguen contacto. El estudiante confiesa que la extraña. Tanto a ella como a su familia, y se lamenta porque, debido a la pandemia, no ha podido compartir lo suficiente con Ciel, su hermana menor.

Extraño mucho a mi familia. Mi hermanita no la había visto desde que nació y me gustaría volver a verla. Había pensado en ir durante estas vacaciones de invierno, pero es muy complicado, pues, no hay viajes seguros. Hay vuelos humanitarios, pero no sabría cuando tendría vuelo para volver a Santiago. Me arriesgaría a llegar después de clases y clínica, entonces no, no puedo ir ahora, seria arriesgarme”, cuenta. Antes de la pandemia, él viajaba en cuanto iniciaban las vacaciones, fueran estas las de verano o invierno.

A lo anterior, agrega que para él Rapa Nui es sinónimo de libertad y felicidad. “Cuando pienso en Rapa Nui, pienso en la libertad, en la nostalgia y en la cercanía. La vida en comunidad. Allá no se rigen leyes sociales. Puedes andar descalzo, eso es lo más común y nadie te dirá nada”, recuerda con felicidad.

Finalmente, sobre el futuro, Felipe no se complica. Tiene claro que quiere ayudar y que el retorno a la Isla es más que seguro. “Mi propósito es ayudar a otros, pero no solo en el ámbito de la salud, sino que enseñarles, el poder facilitarle el aprendizaje a los demás”, explica, mientras toma su abrigo y su mochila. Debe irse a sus clases de clínica. Ya caminando, “el Ika”, como le gusta que le digan, se gira y se despide, mientras su figura se mezcla con la de otros estudiantes y se pierde entre la gente que deambula por el pasillo que conecta la Biblioteca de San Joaquín y la Facultad de Ciencias Sociales.